Vivimos en una sociedad que fomenta las adicciones a través del consumismo, educa en la búsqueda de soluciones rápidas en lugar de educar en gestión emocional, premia los atajos en lugar de los valores humanos y es pobre en referentes sociales y culturales sanos y equilibrados.
La adicción afecta a 3 de cada 10 personas en el mundo, y aún con esta elevada cifra de adictos en la sociedad global a día de hoy tiene una escasa comprensión social de la adicción que está cargada de mitos como por ejemplo que se puede salir de la adicción con la fuerza de voluntad o que es un vicio.
Pues bien, la adicción es una enfermedad.
La adicción es una enfermedad reconocida por la OMS (Organización mundial de la salud) que la define como una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM-V) y la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association, APA) la definen como el patrón desadaptativo de consumo que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por tres (o más) de los ítems de forma continuada comprendidos en un período de 12 meses:
-Tolerancia:
(a) una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
(b) el efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo continuado.
-Abstinencia:
(a) el síndrome de abstinencia característico para cada sustancia.
(b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
-La sustancia es tomada con frecuencia en cantidades mayores o durante un período más largo de lo que inicialmente se pretendía.
-Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo de la sustancia.
-Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia, en el consumo de la sustancia o en la recuperación de los efectos de la sustancia.
-Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de la sustancia.
-Se continúa tomando la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos o físicos recidivantes o persistentes, que parecen causados o exacerbados por el consumo de la sustancia.
La adicción es una enfermedad crónica, progresiva, mortal y con tendencia a la recaída, que afecta a la persona que la sufre de forma física, mental, emocional y espiritual.
Hay dos tipos de adicciones químicas y comportamentales.
Las adicciones químicas son aquellas que implican una sustancia (alcohol, cocaína, anfetaminas, heroína, cannabis, benzodiacepinas, …).
Las adicciones comportamentales o conductuales son aquellas que implican un comportamiento (sexo, juego, pornografía, comida, compras, móvil, …).
Cuando hablamos de adicción es porque se genera una dependencia física, psicológica y social (entendiéndose por social el entorno, el ambiente cultural y la familia).
Desde el punto de vista biológico la adicción a sustancias y conductas manipulan el circuito de recompensa del cerebro y su química de tal forma que la persona aprende y perpetúa esas conductas como respuestas válidas de la misma forma que lo hace con la comida, el sueño o el sexo como parte del sistema de supervivencia.
La adicción activa es una enfermedad que se puede detener con ayuda profesional y la recuperación es entonces posible.
Pongo mi experiencia, formación y herramientas a tu disposición para guiarte y acompañarte en el proceso. Pide ayuda.
